lunes, 2 de abril de 2012

ANTONIO TABUCCHI Y EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA EN “SOSTIENE PEREIRA”

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Por Omar Cid
Antonio Tabucchi, ha sido vencido por un cáncer que lo aquejaba hace unos cuantos años, el escritor italiano, nació en Pisa, Italia, en 1943. Se hizo conocido por sus trabajos sobre el literato portugués Fernando Pessoa, enseñó Lengua y Literatura Portuguesa en la Universidad italiana de Siena, dicho interés surgió en su juventud, cuando de viaje en París, encontró el poemario Tabacaria del poeta portugués.
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Como novelista, alcanzó éxito con Sostiene Pereira, que fue adaptada al cine, obtuvo además, el Premio Campiello, el Scanno y el Jean Monnet.
Sostiene Pereira fue escrita en 1994, el texto nos instala en la Lisboa del año 1938, en esos momentos Portugal, al igual que otros países de Europa, se preparaba para abrazar el fascismo.

El personaje central, Pereira, es un solitario encargado de la página cultural de un periódico lusitano, el “Lisboa”, y desde ahí elabora traducciones elaboradas por él mismo, además de seleccionar artículos de interés, así fue como se sintió atraído por un texto sobre la muerte, elaborado por Monteiro Rossi, un joven italiano, licenciado en filosofía y opositor al franquismo en España.
Pereira, es el símbolo de las sociedades melancólicas, resignadas a su suerte, incapaces de reaccionar, ven los muertos, la persecución o en lenguaje actualizado, la corrupción, el pillaje, el aprovechamiento y recurren al silencio, a la conversación o descarga con los muertos, al igual que Pereira quien requería el espacio para conversar con su esposa fallecida, a través de su retrato.
Pereira, el católico confeso, como muchos declarados seguidores del buen Dios en nuestra sociedad, transita renuente a enfrentar, los problemas que surgen ante sus ojos, evade, se escabulle “Hacerse el tonto es mejor que andar en auto” recuerda un dicho popular chileno, Pero Pereira el Portugués, esquiva elegantemente los embates de la vida : "Hoy he comprado el Lisboa, es una pena que no hable del alentejano a quien la policía asesinó sobre su carreta, habla de un yate americano, no es una noticia interesante, me parece. Y Pereira, que sintió una injustificada sensación de culpa, respondió: El director está de vacaciones, está en las termas, yo me ocupo sólo de la página cultural, porque verá, el Lisboa tendrá desde la semana que viene una página cultural, la dirijo yo."

La narración de Tabucchi, es por momentos perturbadora, aquí existe un proceso, desde donde la conciencia de un hombre, va despertando sintiendo la responsabilidad de la historia que le toca vivir, venciendo su individualismo y soledad.

El viaje interior del personaje propuesto por Tabucchi, es el íntimo proceso de la toma de conciencia, de sentido ético, donde la comodidad personal, las seguridades familiares y laborales, pueden ponerse en juego, cuando se trata de defender una idea o cuestionar una injusticia, rompiendo la distancia establecida entre televidente y actor de su propia historia.

Volver a releer Sostiene Pereira, sería un ejercicio intelectual y ético muy sano para nuestra intelectualidad sumisa, especialmente para el gremio de los escritores que entre silencios y concesiones, se prepara para vestirse de demócratas y votar.
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