viernes, 21 de septiembre de 2012

Contrapunto poético: Thomás Harris / Jorge Etcheverry

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De traductores y manos. Jorge Etcheverry.
A Thomás Harris
 
No toques The table of contents
me dice la patrona

Nunca lo toco intencionalmente
pero se me va la mano
como antes
hace como treinta años
se me iba en otras ocasiones
que prefiero no mencionar

A los colegas traductores
les pregunto:
¿Y qué quieren decir con
Latinoamerican Spanish?
Pongan juntos a un argentino
con un mexicano
o un portorro
o un compadre del Sur de Chile

Pero en fin
hay que echarle padelante
para ganarse los porotos
Que no son puros porotos
no se crea
Incluso como están las cosas
por aquí

Comparando con otras partes
Todo es miel sobre hojuelas
Como decía mi abuela
 

 

EN CHILE, A MEDIADOS DE 2012, CUANDO UN GRAN TERREMOTO VOLVIÓ.
Tomás Harris.
A Jorge Etcheverry









…eliminando las categorías de seres humanos…
(Zygmunt Bauman: Esto no es un diario)





 

Acá, en la República de la Vergüenza
Sólo tenemos traducciones traditores:
Cómo explicártelo para que se entienda sin subterfugios
Lingüísticos, sin trampas de la palabra poética.

Sin vacíos ni plétoras,
Sin evadir el yo
Y, tampoco, extenuarnos por conferir
Un sujeto verbal que nos exculpe.

Cómo quieras o como quieran los expertos de la identidad sudaca:
Sincréticos, Híbridos o Postmodernos:
Estamos atragantados tanto por los porotos y sus riendas
Como por la ubicuidad del facebook: y ambos saben a lo mismo:

Mierda (García Márquez dixit en El Coronel...)
Lo mismo que nos despoja día a día del otro:
De su tacto
De sus efluvios, de sus magmas.

Tocarnos es ya un delito, ni siquiera un pecado,
Que, a lo menos, sería una forma de la culpa de antaño.
Una falta grave del cuerpo al cuerpo y no un descuido
Del espíritu al alma.

Y ¡esa palabra! Antes indecible por Freud, por Marx, por Breton y
Ahora añorada en cada recodo de la ciudad y los Campus.
Nos ahogamos en pescados crudos, sushi o seviche, lo mismo,
Pero no son los ICTUS de los cristianos rebeldes.

Ni los signos de los muchachos que se hacen señas en los muros
Como las brigadas Ramona Parra o los grafitis hiphoperos
Porque estamos vigilados, trancados, tuertos
En esta ciudad donde el Ojo todo lo vigila vigilante

Polifemo en estas ciudades donde el panóptico salió del Ojo
Y se hizo Universo, donde Orwell regresó a la granja
Y los animales somos todos, en el Metro, el Aula, en el Lenocinio donde
Todos somos el imposible Hombre de las multitudes

Y Poe calla y cae por la Rue de la Morgue
Pero sus pasos son vigilados por las cámaras municipales
El oxolotl del culo electrónico de Diox
Padre, Hijo y Espíritu Non Sancto

Tres aliens distintos
Pero una sola entidad como agujero negro
Como culo del diablo líquido, Baumann dixit, sanguinolento
Y Cruel

Lloviéndonos los cuerpos y las ganas con una diarrea ubicua y deletérea
Peor que el peor pedorreo de porotos con rienda
Más inamible, Baldomero Lillo dixit,
Que el no-Ser, del Almirante de la Mar Océana

Que nos parió con sus sextantes y mapamundos
Allá, lejos, en el Finis Terrae donde nunca
Más nos volveremos a ver
Con el ojo del venado roussoniano que ¿fuimos?

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